Silo de soja: una experiencia interesante

Autor: Piñeyro, P y Pelegrina, D. Fuente: www.agrobit.com.

La inclusión de silo de soja en la dieta de vacas en lactancia y en un esquema reproductivo como el que se describe a continuación puede resultar una experiencia interesante. 

La misma se llevó a cabo en el establecimiento El Cencerro, propiedad de la familia Cata y ubicado en Arrecifes, Provincia de Buenos Aires, bajo la supervisión de su administrador, el ingeniero Manuel Iguacel. 

La idea surgió a partir de la preocupación permanente de contar con una reserva de calidad con un alto nivel proteico que pudiera complementar en este aspecto la base de alimentación del planteo, que es el silo de maíz; se contaba, además, con dos lotes de soja con bajas expectativas de rinde, todo lo cual impulsó la decisión. Si se lograba un silaje con un contenido importante de proteína, se podría disminuir la participación de dicho nutriente en el balanceado, traduciéndose en un alimento de menor costo. 

Rendimiento y momento de corte 

El primer paso fue determinar el rendimiento y el perfil nutritivo de la soja en el momento de corte. 
De acuerdo con lo indicado en la bibliografía, se debe efectuar el corte cuando comienzan a amarillear las hojas inferiores de la planta, estado que coincide con un grano ya formado pastoso-duro. 

En este estado se realizó un muestreo del lote, determinando un rendimiento de 12.070 Kg. de material verde/ha. 

El análisis químico de estas muestras arrojó los siguientes resultados: 

MS: 22,8%. 
PB: 23,2%.
FDA: 29,5%. 
FDN: 49,8%.
Lignina: 5,6%. 
Azúcares solubles: 4,4%. 

Expresado en términos de materia seca, el rendimiento fue de 2.750 Kg. MS/ha con una proporción importante de grano (43,6%). 
La participación del grano fue calculada en base al rinde de 14,5 qq/ha que se obtuvo de una parcela que se dejó como testigo para cosecha. 

Confección del silo 

Una vez realizado el corte e hilerado del material se dejó premarchitar durante medio día antes de proceder al picado, el cual se realizó con una máquina de picado fino, con recolectar de pasturas. 
De aquí en más se trabajó como si fuera maíz, respetando las normas para lograr un buen silaje (picado fino, llenado rápido, compactación y tapado inmediato). Finalizada esta etapa -que duró 4-5 días (40 ha ensiladas)-, se midió la temperatura en forma periódica hasta su estabilización (25 días). La característica más sobresaliente fue que en ningún momento la temperatura superó los 29º C. 

Características del silo 

A los 28 días de su terminación se realizó un análisis químico del material ensilado para verificar el resultado de la fermentación y las características nutritivas del mismo (cuadro l). 

Cuadro 1

Características del silo

 

% s/MS

MS

34.5

PB

19.2

FC

28.85

FDA

35.73

Lignina

6.96

Ca

1.03

P

0.37

Cenizas

9.24

TND

62.8

ED (Mcal/kg MS)

2.77

EM (Mcal/kg MS)

2.35

ENm (Mcal/kg MS)

1.44

ENg (Mcal/kg MS)

0.82

ENL (Mcal/kg MS)

1.42

pH=5,24

a

% s/MH

Ác. acético

0.6

Ác. butírico

0.4

Ác. láctico

1.8

Ref: ED (energía digestible), EM (energía metabolizable), ENm (E. neta mantenimiento), ENg (E. neta ganancia), ENL (E. neta lactación).

Se pueden apreciar como puntos destacables el alto nivel proteico, el valor de pH y la muy buena relación Ca:P, a diferencia del silaje de maíz. 
En cuanto a las características organolépticas, tanto el color como el olor eran agradables y presentaban una gran aceptabilidad por el rodeo (muy palatable). 

Planteo alimenticio 

En el establecimiento se manejan habitualmente las vacas de ordeño en cinco rodeos: cuatro rodeos que se conforman en función de la fecha de parición y del nivel de producción,  más un rodeo de vaquillonas. 

El planteo de alimentación durante el período en que se utilizó el silo de soja fue el que se detalla en el cuadro 2. El nivel de proteína utilizado en la ración fue del 14%. 

Cuadro 2

Planteo de alimentación

Rodeo

Nº vacas
Ración 14% PB
Heno
Silo de maíz
Silo de soja
Avena verde

Rodeo 0 (45 días posparto)

103
7
1.5
19
8.5
30

Rodeo vq

108
6
1.5
15.5
8.5
30

Rodeo 1 (alta producción)

72
7
1.5
19
8.5
30

Rodeo 2 (media producción)

116
3
1.5
21
6
25

Rodeo 3 (baja producción)

119
-
1.5
34
4
-

La cantidad de silo de soja que se ofrecía junto con el silo de maíz se inició con 2 kg MV/vo/día y aumentó en forma gradual, hasta llegar a los niveles planteados al cabo de 10-12 días. 

Datos de producción 

La producción se mantuvo en los 18,5 l/vo/día promedio con el 3,65% de GB (0,675 kg GB/vo/día). 

Debe tenerse en cuenta en este punto que en el rodeo 3 había vacas de muy baja producción (hasta 6 l/vo/día), ya que la situación particularmente crítica del invierno con sequía llevó a que no hubiera potreros disponibles para manejarlas si se secaban, teniendo que mantenerlas en el tambo a base de silo de maíz. 

Al dejar de ofertar el silo, la producción cayó sustancialmente tanto en litros como en porcentaje de grasa: 17,5 l con el 3,4% GB (0,595 Kg. GB/vo/día), marcando una diferencia de 80-90 g GB/vo/día. 
Conviene aclarar que en el momento en que se llevó a cabo la experiencia (invierno extremadamente seco), la baja disponibilidad de las avenas no permitía aumentar la oferta diaria de verde, manteniéndose alrededor de los 30 Kg. de MV/vo/día en los rodeos de punta. 

Conclusiones 

Desde el punto de vista de la calidad del silo, se trata de una reserva para tener en cuenta. Su aporte de proteína es relevante, su nivel energético es ligeramente inferior al que podría esperarse de un buen silo de maíz, y además, posee una excelente relación Ca:E  

Todas estas características hacen que sea un material muy útil para utilizar en planteos con alta participación de silo de maíz, como el que se describe. Por último, no presenta dificultades para su confección, tanto por la forma de trabajar el material como por el momento del año en que se realiza (abril), cuando se dispone de la maquinaria por ser una época de poco trabajo. 

Fuente: Piñeyro, P y Pelegrina, D., "Silo de soja. Una experiencia interesante", en Nutrición Aplicada Nº 7, año II, Bs. As., Elear, noviembre de 1998, pp. 23-26.