CONSERVACION DE FORRAJES: LAS CLAVES PARA HACER UN BUEN SILO

Hagamos una picadita

Nota publicada en Clarín Rural  (06/01/2007) Esta información fue elaborada por el INTA Manfredi, Córdoba.

El silaje hace posible mantener la oferta de forraje suministrado a la hacienda durante extensos períodos y cubrir eventuales deficiencias puntuales ocasionadas por cambios en las condiciones del ambiente. Entre sus beneficios notables se puede citar el mayor volumen de forraje de alta calidad nutritiva disponible por hectárea y por año, para transformarse en carne o leche.

En esta técnica, la conservación del alimento se produce a través de una secuencia ordenada de procesos basados en principios físicos, químicos y biológicos, considerando que la falla de una de estas partes afecta a las que la suceden en la secuencia y al resultado final. Una falla en el picado (proceso físico) traerá problemas en la fermentación (proceso bioquímico), y afectará la calidad del alimento, y por ende a la producción de carne o leche, a sus costos y a su resultado.


DEL SURCO AL SILO. EL PICADO DE MAIZ SE CONVIRTIO EN LOS ULTIMOS AÑOS EN UN ESLABON FUNDAMENTAL DE LA GANADERIA.

Secuencia

Durante la elaboración del silo forrajero se suceden diferentes etapas. La primera en el tiempo es la etapa física, la cual involucra el picado de las plantas, acarreo, compactado y cierre del silo. En este período se exige precisión de picado y velocidad de trabajo. Cuanto mejor se lleve a cabo este proceso, menor cantidad de aire quedará en el silaje y se tendrán mayores oportunidades para lograr un buen forraje.

Luego sigue la etapa regida por principios bioquímicos, con la participación de organismos vivos, y que tiene su tiempo luego del cierre del silo. Todo comienza con presencia de aire y por ello a ésta se la denomina fase aeróbica. En este tiempo, las enzimas degradan azúcares y las proteínas contenidas en el forraje y producen glucosa y fructosa. Entonces bacterias, hongos y levaduras —microorganismos que consumen oxígeno para su vida— presentes en la superficie de las partículas de las hojas y tallos, utilizan estas sustancias para su respiración. Asimismo, las células de las plantas consumen oxígeno en su propia respiración. Este proceso genera calor, agua y gas carbónico. Este desplaza al oxígeno contenido inicialmente en la masa a conservar.

De allí que se reduce la cantidad de aire remanente del proceso de compactación, y se produce la muerte progresiva de los microorganismos que lo necesitan para su vida (aeróbicos). Entonces comienza a reducirse la producción de calor y baja la temperatura del silo. Por ello, cuanto menor es la cantidad de aire que haya quedado dentro del silo durante su confección (aire rema nente), menor será el tiempo de acción de los aeróbicos y menor será la degradación de los azúcares y proteínas. Asimismo, menores serán las pérdidas de material nutritivo en esta etapa y mayor será la calidad del alimento.

ALIMENTO. EL AUTOCONSUMO ES UNA ALTERNATIVA, COMO EN ESTE ESQUEMA DE TORNQUIST.


Como en los pickles

Sin aire en la masa de silo, comienza su actividad otro grupo de microorganismos —que viven sin oxígeno y por ello se llaman anaeróbicos— los cuales acidifican el medio a partir de los jugos del forraje. Se trata de bacterias coliformes y enterobacterias que transforman los azúcares de las plantas en ácido acético (vinagre), alcoholes y gases del carbono. Mediante este proceso se alcanza una acidez media con 5 a 6 de pH (concentración de hidrógeno), lo cual genera el reemplazo de las mencionadas bacterias coliformes por otras del tipo láctico, que se desarrollan rápidamente en presencia de hidratos de carbono. Estos microogranismos lácticos, mediante la elaboración de ácido láctico, generan una intensa acidez en el ambiente, la cual elimina o detiene todo tipo de actividad de otros microorganismos y cualquier proceso de degradación.

Así el ácido láctico mantiene estable el silaje hasta su consumo siempre que no entre agua o aire a la masa de forraje. Es un proceso similar al ocurrido al hacer pickles o encurtidos en la cocina.



Elegir picadora

Entonces, para que el silo resulte de buena calidad, es condición necesaria, además de otras, que el equipo de picado reúna algunas condiciones específicas, que deben tenerse en cuenta a la hora de elegir la picadora. En principio debe ser capaz de picar el maíz en partículas finas, pero además de tamaño uniforme, como para que sea posible lograr una adecuada compactación del material. Es decir, una eficaz extracción del aire. Otra condición importante es la capacidad de trabajo, a fin de lograr cerrar el silo en el menor tiempo posible. En tanto el mismo no haya sido cerrado y sellado convenientemente, será más fácil que entre aire o agua de eventuales precipitaciones, como lluvias, rocío, etc., con lo cual se afectarán los procesos bioquímicos ya mencionados.

Otra condición de importancia, que se desprende de las anteriores, es que el conjunto de máquinas encargadas de hacer el silo deben presentar un adecuado equilibrio entre las capacidades de picado, transporte, emparejado y compactado. En este sentido, la picadora define el ritmo de los camiones de transporte, a los tractores de emparejado y a los de apisonado. Entre los detalles que agilizan el picado, están el afilado de la cuchilla y el ajuste de la luz cuchilla—contracuchilla, funciones que se practican desde el puesto de mando en todo equipo moderno.

Otro aspecto deseable en la picadora es la visibilidad en todos los sentidos, la cual permite aprovechar los beneficios ofrecidos por los modernos mandos y equipos de control instrumentados desde el asiento de manejo. Otro punto de importancia en una picadora es el aumento de los tiempos entre las operaciones de mantenimiento, que también suma a la hora de desarrollar capacidad trabajo. Mejores y más resistentes materiales de construcción, centrales de engrase, compresor de aire, son aspectos que ayudan en el mantenimiento más ágil de estos equipos.

Los cabezales de corte con cuchillas rotativas ahorran un tiempo notable al admitir la circulación por los lotes en todas direcciones, sin necesidad de seguir las hileras de plantas. Esto es principalmente importante en maíz y sorgo. Los sistemas de palpado del terreno facilitan la tarea del operador cuando es necesario prestar atención a la altura de corte. Es posible regular la presión del cabezal sobre el suelo de acuerdo al contorno del terreno, siguiendo las ondulaciones de superficie. Otra posibilidad en cabezales es el correspondiente al cortador de cultivos en masa equipado con una barra de corte de disco. Es una interesante alternativa para picar y suministrar en forma directa pasturas de alta calidad que no deben ser pisadas por la hacienda. Es una posibilidad que incrementa la versatilidad del equipo.

FIERROS. UN BUEN CONTRATISTA EN CLAVE PARA ASEGURAR LA CALIDAD DEL TRABAJO.